viernes, 20 de octubre de 2017

Romería de San Crispín


¡¡Hola a  tod@s!!
Este fin de semana (22 de Octubre) se lleva a cabo la celebración 
de la festividad de San Crispín, 
el patrón de los zapateros, 
muy señalada en mi tierra desde hace muchísimos años y, 
sobre todo para aquellas personas que se dedican al calzado, 
y quiero compartirla con vosotr@s. 
Resaltar que, no sólo aquí, en Elche, se le festeja. 
Sino que hay más municipios y países que la llevan a cabo.


 Los gremios de artesanos llevan siglos venerando dicha festividad. Desde Northampton en Inglaterra, Florencia en Italia, Soissons en Francia hasta Inca en Mallorca junto con Elche en Alicante, miles de hombre y mujeres cumplen con tradiciones antiquísimas para rogar por su trabajo y profesión. 
 
La leyenda data del año 285. La historia cuenta que durante esta época, dos hermanos romanos llamados Crispín y Crispiniano fueron enviados a evangelizar las Galias. Para mantener su fe cristiana y no ser onerosos a su comunidad, los nobles hermanos ejercían el oficio de zapateros. Asentados en su oficio e intentando evangelizar aquellos pueblos, llegó la persecución del emperador Diocleciano a los cristianos. Tras soportar estoicamente diversas atrocidades, ambos hermanos fueron decapitados, lo que les convirtió en San Crispín y San Crispiniano, considerados los apóstoles del Norte de Francia.



Misteriosamente, la figura de San Crispiniano se eliminó para crear 
los orígenes de esta fiesta de Elche. 


La primera romería de San Crispín data del año 1951. 
Organizada por el Sindicato Vertical de la Piel, 
consistía en trasladar la imagen del Santo desde la Ermita de San Crispín 
hasta la Basílica de Santa María. 
Los portadores eran los delegados del Sindicato, 
integrado por obreros y patronos de la industria del calzado. 


Una tradición que consiste en la costumbre de recoger unas chinchetas -clavos de pequeño tamaño con los que se entachaba el calzado- «bendecidas por el patrón» como símbolo de prosperidad y trabajo. 



Hoy la fiesta sigue celebrándose, aunque con algunas modificaciones. 
Desde 2008, los actos comienzan la víspera del día de la romería 
con una ofrenda de flores al Santo desde la Plaza Barcelona
 hasta la Iglesia Madre de Dios. 
A la mañana siguiente, día en honor a San Crispín, 
parte desde la Iglesia Madre de Dios la tradicional romería, 
cuyo destino es la Ermita de San Crispín. 
Allí se celebra una misa y tras el acto, el reparto de los típicos clavos. 
Al exterior de la ermita se instalan diversos puestos de coca, 
 manzanas caramelizadas, berenjenas y turrón.


Cada año son más las visitas y devotos los que acompañan al santo 
y recogen los clavos, se dediquen al calzado o no, con la esperanza de que éstos les traiga prosperidad y abundancia en el trabajo.

Como ilicitana, cada año, me acerco a la ermita y cumplo con la tradición y disfruto 
del buen ambiente que suele reinar. 
Os invito a que os acerquéis y disfrutéis de esta tradición tan nuestra.




¡¡VIVA SAN CRISPÍN!!