miércoles, 19 de diciembre de 2018

¡¡Sin parar!!


¿Cómo están? Los echaba en falta. 
Y es que apenas he tenido tiempo de darme una vueltecita por el blog
 y pararme a escribir un poco. 
¡¡Cómo lo echo de menos!! 
Hoy que puedo, me he sentado delante de la pantalla 
y he revisado antiguas entradas.
¡¡Qué nostalgia y qué tiempos!!
Me doy cuenta de cuánto he cambiado desde que empecé.
 Apenas salía de casa, de mi cuarto ni me atrevía a hablar con nadie. 
Y ahora...
 Ahora casi no estoy en casa, 
no tengo tiempo de pararme a pensar ni de alimentar aquellos miedos que vivían en mí. 
Sé que en parte siguen aquí. 
Sin embargo he aprendido mucho de ellos y de mí. 
Claro que la terapia cognitivo-conductual con mi psicóloga
 también ha tenido mucho que ver en todo este avance 
pues me doy cuenta de cuántas cosas he aprendido con ella:
a ver la vida de otra forma, a pararme a pensar antes de actuar e, incluso al revés, 
a actuar sin pensar en las consecuencias a ver qué es lo que pasa;
 lo que en muchas ocasiones me ha resultado beneficioso.
 Es curioso, ¿verdad?
En fin... que me enrollo y me lío... Ja, ja , ja...

Estos últimos meses estoy que no paro ni un segundo.
Empecé nuevo curso de quiromasaje: el nivel avanzado. 
Sigo con mis compañeros del año pasado. Somos una piña.
Un grupo consolidado y cada vez hay mejor rollo, 
si es que eso es posible, los adoro.
Este es algo más complicado.
 Músculos, ligamentos, tendones... que si origen e inserción... 
¡¡Madre mía qué complicado!!
Aprender a tratar dolencias... Ejem... 
¿Dónde quedaron los masaje relajantes?
Bueno, tampoco me puedo quejar, esos los dejamos para los fines de semana.
Resulta que estuve probando suerte mandando CV's
a varios hoteles y Spa's este verano
y, cual fue mi sorpresa que, 
me llamaron de uno de ellos.
Tras los nervios (atacá estaba) y pasar la entrevista previa, 
me contrataron para trabajar, por el momento,
 como extra para los fines de semana. 
Me formaron y a los pocos días ya estaba allí,
venga dar masajes.
Y yo encantada, por supuesto.
Por el momento estoy muy contenta, el sitio es genial, 
con los compañeros muy bien y no ha habido nada extraño.
Yo me siento a gusto e integrada. 
Algo que hace unos años, ni me habría imaginado.

También trabajo en casa.
He habilitado una habitación para poder dar algunos masajes
entre amigos, familiares, conocidos,
amigos de amigos... ya sabéis, 
al final el boca a boca es la mejor forma de darse a conocer.

Y no sólo eso, tengo otro trabajo que realizo desde mi casa.
Al que también le estoy dedicando bastante tiempo. 
Seguramente algunos me habréis visto publicando cosas de otro blog.
¿Cierto?
La mayoría de las veces, hasta ahora han sido sobre calzado.
Una empresa de venta de calzado online cuenta conmigo para que lleve su blog. 

Quieren que me haga cargo de él, que les promocione,
que lleve sus redes sociales, etc... todo lo que pueda hacer.
Modificar, corregir y aportar ideas a la web.
De momento voy poco a poco aprendiendo cosillas.
Del mundo del calzado ya conozco muchas, 
pues he trabajado anteriormente en él, 
pero he de ponerme al día con según qué cosas, modelos, tendencias...
Así que, me veréis más a menudo publicando con aquel blog
que con este.
Yo os invito a que os paséis por allí y le echéis un vistazo a ver qué os parece.
Aunque apenas estoy arrancándolo, 
intentando darle mi estilo y cambiar el que tenían.


Eso sí, hay días en los que me siento agotada.
Y no puedo tirar del carro, como decimos aquí.
Es entonces cuando me toca pisar el freno y tomármelo con calma,
tumbarme en el sofá y no hacer nada.
Son mis pequeños momentos de relax.