lunes, 31 de octubre de 2016

Revisión ginecológica... ¡Ten cuidado!



Tenía consulta con el ginecólogo para esa semana, pero quedaron en llamarme para confirmarme el día y la hora de la misma.
Una mañana temprano recibo la llamada de la telefonista del consultorio, informándome que mi consulta estaba registrada para ese mismo día a las 9.30 horas. 
Acababa de terminar el desayuno con mi marido y mis hijos y estaba lista para comenzar con las tareas del día, eran precisamente las 8.45 hrs. Entré en pánico, no tenía ni un minuto que perder. 
Como todas mujeres tenemos mucho cuidado y una particular atención en nuestra higiene íntima, principalmente cuando vamos al ginecólogo, pretendí asearme, pero ésta vez ni siquiera me daba tiempo para darme una ducha. Por lo que entré al baño, me quité el camisón y agarré una toallita limpia y doblada que estaba encima del borde de la bañera, la mojé y la pasé con todo cuidado por mis partes 'más íntimas' para así tener la seguridad de que quedaría lo más limpia posible. Al terminar lancé la toallita en el canasto de ropa sucia, me vestí y volé para el consultorio.
Estaba en la sala de espera y casi inmediatamente me llamaron para hacerme el examen.
Como ya conozco el procedimiento, me senté sin ayuda en el borde de la camilla e intenté, como siempre hago, imaginarme muy lejos de allí, en un lugar así como el Caribe o en cualquier otro lugar lindo, por lo menos a 1,000 kms. de aquella camilla.
Me quedé muy sorprendida cuando el médico me dijo:
- ¡Ah, caray, hoy hizo un esfuerzo extra para quedar más bonita!
No entendí el cumplido pero no respondí y sólo me limité a sonreír y decir "¡ah!"
Me fui a casa tranquila y el resto del día se desenvolvió normalmente: limpié la casa, cociné, tuve tiempo de leer una revista, etc.
Después de la escuela, ya terminados los deberes, mi hija de 6 años estaba lista para ir a jugar cuando me gritó desde el baño:
- ¡Mamá! ¿Dónde está mi toallita?
Le contesté:
-¡No sé, pero toma una limpia del closet!
Su respuesta me hizo desear desaparecer de la faz de la Tierra. El comentario del médico, martillaba en mi cabeza sin descanso ya que lo que mi hija me contestó fue:
- No Mamá, yo no quiero una toallita del closet, quiero aquella que estaba doblada en el borde de la bañera. Ahí tenía mi diamantina, mis brillitos y mis estrellitas doradas y plateadas.

¡SONRÍE, LA VIDA ES BELLA!
 

miércoles, 26 de octubre de 2016

El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.


Hay personas que por mas que pase el tiempo, no cambian. 
Siguen en su linea y obcecados en su orgullo, las cuales, 
cuanto más lejos tengas de ti, mejor. 
Pues no aportan nada a tu vida. 
Como ha sido en mi caso. 
Y es que, con muchas, tuve que poner distancia de por medio. 
Pues no entraban en razón.
Hubo ocasiones en las que me culpaba a mí misma pensando que era yo, 
debido a la situación emocional en la que me encontraba. 
Sin embargo, conforme ha ido pasando el tiempo,
 he podido confirmar y corroborar que no era así. 
Hay personas tan dañinas y tóxicas a nuestro alrededor 
que cuanto menos atención le prestemos, tanto mejor. 
Pues son prepotentes, orgullosas y siempre creen tener la razón en todo. 
Incluso quieren dominar tu vida, 
dirigir tus pasos y decirte en cada momento qué has de hacer y qué no, 
qué está bien y qué no lo está, hasta que te anulan como persona, 
no te dejan ni opinar y todo se centra única y exclusivamente en ellos, 
en sus causas y necesidades. 
Son egoístas por naturaleza y solo les importa su persona. 
No esperes que te pregunte "¿cómo estas?" ni por cortesía siquiera. 
Y si algo funciona mal en vuestra relación, ya sea amorosa o de amistad,
 la culpa siempre será vuestra. 
Os lo echará en cara de algún modo, 
siempre exculpándose y haciéndose la víctima en todo momento.
Y así, pasará el tiempo, los años, de relaciones, de amigos... 
y se quejará de su mala suerte, 
de lo desgraciada que es... 
que son los demás que no le corresponden, 
pues siempre lo ha dado todo, etc... 
sin reconocer sus propios errores. 
No digo que todo en estas personas sea malo, porque, en el fondo, 
todos tenemos nuestra parte buena y nuestro corazoncito, 
pero si siempre te ocurre lo mismo... 
¿Por qué no abres los ojos? 
¿Y reconoces tus errores? 
No siempre la culpa la tienen los demás. 
¡¡Basta de excusas!!
Al igual que ves los fallos en otros, 
has de ser una persona honesta y ver los propios y, 
si quieres mejorar y conseguir aquello que deseas, corregirlos y mejorarlos. 
Poniendo de ambas partes, la tuya y la de los demás,
 es como se puede forjar una buena amistad o relación de pareja. 
Pero no puedes culpar a los demás de tus propios errores,
 que cometes una y otra vez.
Como me dijo en su día una gran amiga:
"Si haces siempre lo mismo, obtendrás los mismos resultados"
Algo en tu persona ha de cambiar también,
¿no crees?

martes, 18 de octubre de 2016

Decaída física y psíquicamente


Dicen que estos días tenemos una super luna, 
que ésta puede verse en dimensiones mayores a las normales 
y que nos aportará una energía extra, que es momento de iniciar nuevos propósitos y proyectos. 
Yo no sé si todas estas cosas serán ciertas o no... ¿quién sabe, verdad? 
¿Influye o no influye?
 Lo cierto es que, desde hace unas semanas, mi cuerpo se siente cansado. 
No sabría decir exactamente el por qué. 
Pero progresivamente ha ido a más. 
Pensé que era algo puntual y que en unos días
se me pasaría pero no ha sido así, todo lo contrario. 
Me siento agotada y no he hecho nada extraordinario ni fuera de lo normal para ello. 
¿Puede ser el cambio estacional? 
No tengo ni idea.
 Simplemente sé que el cansancio cada día es mayor, 
dolores de cabeza más fuertes y persistentes y el estado de ánimo va decayendo considerablemente. 
Creo que mi cuerpo me está pidiendo que baje un poco el ritmo.
Han sido unos meses muy intensos, lo sé. 
Pero me sienta bien estar activa y necesito fuerza y concentración 
para poder estudiar y sacar el curso adelante, 
cosa que me está resultando muy complicado debido a éste bajón.
 Por no hablar de las noches... no sé qué ocurre pero he entrado, 
otra vez, en un período en el que apenas puedo dormir. 
No paso de 2-3 horas seguidas. 
 Y por más que intento descansar, no puedo. 
Procuro realizar los ejercicios de relajación que ya conozco, 
las técnicas para combatir el insomnio que me enseñó la psicóloga y nada, no hay manera. 
No sé si alguien más le ocurre algo similar o soy yo que estoy algo removida. 
No sé, en ocasiones tenemos nuestras subidas y bajadas, 
y bastante bien he estado hasta ahora. 
En ese aspecto no me puedo quejar porque he avanzado mucho. 
De momento, voy a esperar unos días a ver cómo voy evolucionando, 
a ver si esa "superluna" me transmite algo de energía, como comentan en el siguiente artículo:


Sino mejoro le haré una visita al médico porque las fuerzas van a menos 
y me cuesta hasta levantarme de la cama por las mañanas. 
Hacía bastante tiempo que no me sentía tan decaída físicamente, 
parece que esté soportando una mochila llena de plomo 
y cada vez la vayan llenando con más peso.

jueves, 13 de octubre de 2016

Ánimos bajos


Empecé con mucha fuerza y muchas ganas este curso, 
era un reto, una ilusión de tiempo atrás. 
Pero conforme pasan los días y las semanas poco a poco, 
me voy desinflando más.
 Me está costando un mundo enterarme de algo 
y de retener información ya mejor ni os cuento. 
No quiero desesperarme ni tirar la toalla y, por ello, 
sigo yendo a la sala de estudios el mayor tiempo posible, 
pues sé que en el momento que deje de hacerlo 
sí que es verdad que he terminado de estudiar.
 No sería un fracaso total, pero si un gran paso atrás en estos momentos 
para conforme me encuentro de ánimos, 
balanceándome como estoy, en la cuerda floja 
entre el desánimo y la depresión, 
con la cual lucho con todas mis fuerzas para no dejarme arrastrar y volver a caer. 
Siento que tropezar aquí sería abrir la puerta nuevamente 
de aquel pozo del que tanto me costó salir en su día. 
Una nueva decepción.
 Justo lo contrario a lo que ahora mismo necesito. 
Pues me siento débil, cansada 
y con una memoria que brilla por su ausencia. 
Con ganas, en ocasiones, de tirar la toalla y rendirme
pues me he cansado de luchar.
A veces creo que no me está permitido soñar
y que todo aquello que, en un momento me pueda llegar a interesar o hacer ilusión, 
puede estar mal visto o mal valorado por algunas personas. 
Es como si todo lo que decido hacer con mi vida no fuera correcto,
 como si siempre tomara  malas decisiones, presionada,
y éstas son juzgadas, criticadas con comentarios que me hacen daño.
Es como si no hiciera nunca nada bien.
A veces siento que no me dejan vivir, 
que no me dejan crecer.