Están siendo unos días largos y duros.
Carmen no se encuentra muy bien y no sabemos qué puede pasar.
En cualquier momento nos puede dar el susto.
Por mi parte estoy haciendo todo lo puedo para que esté lo mejor posible.
Pero son muchos años y muchos achaques los que lleva encima.
La diálisis la está dejando cada vez con menos fuerzas y está llena de dolores.
Está cansada y sufriendo.
Me gusta mi trabajo pero sufro con ellos.
Sobre todo cuando llegan a cierto punto en el que ya no encuentran
alivio con nada y lo pasan tan mal.
Fuerza y mucho ánimo.
Eso trato de transmitirle.
Al igual que ella me está aportando otras tantas cosas.
No es fácil.
Para nadie. Ni para ella, ni para su familia.
Y se hace duro ver como sufren,
cómo han de ir asimilando que va llegando el fin.
Hoy ha sido un día realmente triste y doloroso.
Ver a su nieta llorar mientras escuchaba a su abuela...
me ha conmovido mucho;
no están preparados para lo que puede venir.
No es fácil dejar ir a alguien que quieres tanto;
no es fácil despedirse,
ni hacerse a la idea de que no volverás a verle...
Solo nos queda el día a día,
pasarlo a su lado.
Pues es impredecible cuándo puede llegar el momento.
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