jueves, 9 de junio de 2016

Cuando todo lo haces sola


Cuando todo lo haces sola, 
llega un momento en que cualquier cosa te parece aburrida. 
Salir de casa se convierte en una necesidad pero, a la vez, en un fastidio. 
La incertidumbre de dónde ir, qué hacer... 
y te preguntas, total ¿para qué? 
Sales sin un rumbo fijo, allá donde tus pies o tu instinto quieran guiarte. 
Para acabar ¿dónde? 
Pues casi siempre es en el mismo lugar. 
En un parque, un bar, una cafetería, 
el único sitio donde has encontrado un pequeño espacio donde pasar las horas 
lejos de las cuatro paredes de tu casa, 
donde consigues distraerte o aislarte entre tus pensamientos 
o las páginas de tu cuaderno de notas para que nadie 
pueda penetrar tus barreras, pues hasta eso te da miedo. 
Aunque quieres salir, sigues escondiéndote. 
Y claro, luego está ese sentimiento de malestar que te invade sin remedio, 
en el que tu mente no para de dar vueltas y más vueltas. 
Porque a ratos te sientes mal de estar en ese lugar. 
No sé si os ha pasado. 
A mí, sí. 
Empiezo a cuestionarme qué hago allí, 
ocupando una mesa cuando ésta podría estar libre para alguien más, 
alguna pareja, algún grupo de amigos, una familia...
 ¡yo qué sé! cualquiera menos yo. 
Como si mi presencia fuera una molestia o un estorbo para el establecimiento. 
Y quiero ser racional. 
De veras lo intento y me cuestiono... 
¿Acaso no soy otro cliente más? 
¿No tengo derecho a disfrutar en una terraza 
mientras me tomo una cervecita y escribo en mi portátil?
 Mi parte irracional no me permite ver la realidad 
y me refuta todas las cuestiones que me planteo.
 Es una lucha constante la que estamos manteniendo. 
A veces consigue ganarme la batalla, otras soy yo. 
Pero la guerra nunca cesa. 
Y ahora que he tomado la decisión de alejarme y estar sola... 
¡Ay!... ¡Cuando todo lo haces sola...! 
Esos momentos de bajón e incertidumbre te vuelven a asediar. 
Y de ti depende 
que no te hundas en la más oscura soledad.



2 comentarios:

  1. Tienes el mismo derecho a estar en esa terraza que las parejas o los grupos. No necesitas a nadie, a NADIE. Estar en compañia es grato, pero estar solo también tiene su lado bueno. No debes sentirte mal por no tener compañia, sino anotarlo como un punto a tu favor, por ser una persona independiente. Ya surgirán nuevas compañias, ya verás ;) Mucho ánimo y a seguir para adelante!!! Un abrazote!!!

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    1. Lo sé, cielo. Una tiene que lidiar con sus propios "demonios" para no caer en esto. Son momentos de nervios los que estoy viviendo y me empujan a este estado... Gracias por tus ánimos. Un besote. ;)

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