Las personas altamente sensibles tienen que lidiar con la incomprensión de los demás, que catalogan sus reacciones ante situaciones comunes de la vida como "exageradas". Obviamente, el problema es que estas personas las juzgan usando su propia vara, sin darse cuenta de que todos somos diferentes y que en muchas ocasiones esas respuestas hipersensibles son automáticas y se deben a un gran malestar.
De hecho, la mayoría de las personas altamente
sensibles no desean reaccionar de esa forma e intentan adaptarse al mundo que
les rodea, pero no siempre lo logran. Esa hipersensibilidad no es simplemente
una cuestión de carácter o de personalidad sino que también sienta su base en
un sistema nervioso diferente y un funcionamiento cerebral diverso. Por eso,
los intentos de satisfacer a los demás y esconder su propio "yo"
pueden terminar "quebrándolas".
Lo cierto es que los dones de las personas altamente
sensibles son muchos, por lo que no tiene sentido centrarse únicamente en
sus reacciones "exageradas" porque sería como fijarse en las manchas
del sol y obviar el calor que nos brinda. Por eso, la clave radica en
comprenderlas, ponerse en su lugar y disfrutar de su compañía.
¿Cómo reaccionan las personas altamente
sensibles?
1. Se sienten abrumadas cuando tienen
muchas tareas por delante.
Las personas altamente sensibles son capaces de
mantenerse muy concentradas en una tarea, pero suelen sentirse muy agobiados
cuando tienen muchas cosas por delante. En ese momento se dispara su nivel de
ansiedad y estrés, por lo que disminuye considerablemente su productividad y se
vuelven irritables.
2. Intentan evitar a toda costa los
ambientes caóticos
Las personas altamente sensibles reaccionan mal ante
el caos. Les resulta difícil gestionar tantos estímulos a la vez, los sonidos,
las interrupciones, los olores y la actividad a su alrededor. Es como si sus
sentidos se saturasen ante tanta información por procesar. Por eso prefieren
evitar a toda costa estas situaciones.
3. Se bloquean bajo presión
Las personas altamente sensibles pueden llegar a ser
muy creativas y a menudo son excelentes en su trabajo, precisamente porque
tienen una sensibilidad especial. Sin embargo, para dar el máximo de sí suelen
necesitar tranquilidad y soledad. De hecho, suelen reaccionar mal ante la
presión, cuando se sienten observados pueden agobiarse o incluso bloquearse por
completo.
4. Reaccionan intensamente ante las
conductas de los demás
Las personas altamente sensibles tienen una gran
capacidad para reconocer las microrexpresiones, lo cual significa que saben
cuándo alguien se siente mal y necesita ayuda pero también cuando le rechazan.
Por eso, pueden reaccionar intensamente ante señales negativas que los demás no
comprenden simplemente porque no han sido capaces de captarlas.
5. Se sienten muy incómodas con los
ruidos fuertes
Las personas altamente sensibles tienen un umbral de
ruido inferior al resto de la población, por lo que reaccionan con intensidad
ante los sonidos fuertes, como los fuegos artificiales. A menudo también padecen
misofonía; es decir, les irritan sonidos cotidianos como el que se hace al
masticar. Esas reacciones son difíciles de controlar ya que tienen un
componente visceral pero terminan enfadando a los demás.
6. Necesitan pasar tiempo a solas
Las personas altamente sensibles disfrutan de la
soledad, la necesitan casi tanto como el aire para respirar. Después de un día
complicado y caótico, todo lo que necesitan es estar tranquilas. Por eso, en
muchas ocasiones suelen declinar las invitaciones de los amigos, no es que no
les guste pasar tiempo en compañía, pero necesitan la soledad para recargar las
pilas.
7. Tardan más de lo habitual en tomar
decisiones
Para las personas altamente sensibles tomar una
decisión siempre es complicado, incluso las más pequeñas, como elegir el sabor
de un helado. El problema es que su mente valora continuamente los pros y los
contras de todas las alternativas y les atemoriza enormemente tomar una mala
decisión. Obviamente, eso puede ser desesperante para algunos.
8. Se obsesionan con los detalles
Las personas altamente sensibles sienten una pasión
especial por el arte, su ojo agudo capta muchísimos detalles que para los demás
suelen pasar desapercibidos. No obstante, en ocasiones ese nivel de detallismo
les complica la vida ya que desean que las cosas sean perfectas. Si descubren
algún error, llegan a sentir una molestia física con la que les resulta muy
difícil lidiar.
9. Se toman las cosas como algo personal
Para una persona altamente sensible la mayoría de
las situaciones que vive son “personales”. Al ser muy empáticas, sienten en
carne propia el dolor y la angustia de los demás. Por eso reaccionan
intensamente ante las injusticias sociales y no son capaces de asumir una
distancia emocional de seguridad. El consejo “no te lo tomes como algo
personal” simplemente no funciona con ellas. Por eso, también suelen reaccionar
mal ante las críticas.
10. Están muy conectadas con su cuerpo
Estas personas no solo son sensibles ante el medio
sino que están perfectamente conectadas con su cuerpo. Por eso, cuando se rompe
su delicado equilibrio, pueden sentirse muy mal y mostrarse irritables. Sin
embargo, a quienes le rodean les resulta difícil entender por qué ese dolor de
cabeza o el simple hecho de tener hambre provoca esos cambios abruptos de comportamiento.
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