Se caracteriza por la inestabilidad emocional, la ira, el fracaso. La persona
sufre de una urgente necesidad de amor, aunque no logra sentirse amada a
causa de su desconfianza, y esto conforma un círculo vicioso del
que no puede escapar.
Aqueja a personas que por alguna razón sufrieron
interferencias en su desarrollo infantil, no han podido evolucionar, y
se sienten inseguras de sí mismas y del mundo que las rodea.
Es una enfermedad frecuente en la sociedad
actual, aunque sea reconocido como tal, solamente en los casos más graves. La
persona se siente agobiada por emociones contrapuestas, siente desconfianza
de todo, un gran vacío, es agresivo, no sabe amar ni sentirse amado
y entonces experimenta una enorme soledad, es autodestructivo, no se adapta
socialmente, etc.
El TLP es
una defensa psicológica contra dos problemas:
- La falta de amor y seguridad emocional durante la
infancia.
- La hostilidad, individualismo, y desconfianza,
vigentes en la sociedad actual.
Los adolescentes son los
más expuestos a este trastorno, y las consecuencias aparejadas son la violencia,
fracaso escolar, adicciones, delincuencia, bulimia y anorexia, autolesiones.
Alrededor del 20% de los borderline muestran
deficiencia de vitamina B12,
mostrando síntomas de fatiga, rigidez en las extremidades inferiores
y disestesia.
Síntomas afectivos
1.- Inestabilidad afectiva debida a una
notable reactividad del estado de ánimo (p. ej., episodios de intensa disforia,
irritabilidad o ansiedad, que suelen durar unas horas y rara vez unos días).
2.- Ira inapropiada e intensa o dificultades
para controlarla (p. ej., muestras frecuentes de mal genio, enfado constante,
peleas físicas recurrentes).
3.- Sentimientos crónicos de vacío o inutilidad.
Síntomas impulsivos
4.- Comportamientos, intentos
o amenazas suicidas recurrentes o
comportamiento de automutilación.
5.- Un patrón de relaciones
interpersonales inestables e
intensas caracterizado por extremos de idealización
y devaluación.
6.- Impulsividad en al menos dos áreas que es potencialmente dañina para sí mismo (p. ej., gastos,
sexo, abuso de sustancias, conducción temeraria, atracones de comida).
Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de
automutilación que se recogen en el criterio 4.
Síntomas interpersonales
7.- Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado.
Nota: no incluir los comportamientos suicidas o de
automutilación que se recogen en el criterio 4.
8.- Alteración de la identidad: autoimagen o
sentido de sí mismo acusada y persistentemente inestable.
Síntomas cognitivos
9.- Ideación paranoide transitoria relacionada con
el estrés o síntomas disociativos graves.
El pronóstico en el TLP viene condicionado por la edad de aparición de los primeros síntomas, la intensidad de los mismos y la presencia de ciertas conductas.
Un pronóstico negativo vendría marcado por inicio temprano (infancia y adolescencia) de los
síntomas, alta intensidad de los mismos, presencia de algún tipo de adicción y
conductas suicidas o parasuicidas o conductas disociativas, poca conciencia de
enfermedad del sujeto y negativa a ponerse en tratamiento.
Un pronóstico positivo vendría dado por aparición de los síntomas ya en la edad adulta (entre los
20 y 25 años), ausencia de conductas adictivas o de conductas suicidas y
predisposición a vincularse a nivel terapéutico.
Existen modelos de predicción de la evolución de los
pacientes sometidos a terapia durante dos años valorando la psicopatología de
base, presencia de traumas en la infancia y estabilidad de las relaciones
actuales. Sin embargo, la predicción a 10 años es más compleja y además de
elementos que se tienen en cuenta en las evaluaciones habituales, entran en
juego otras como el temperamento particular del paciente.
Tratamiento
Se han usado algunos medicamentos conjuntamente con
otros tratamientos del TLP, aunque la base de evidencia está limitada. Puesto
que el TLP ha sido tradicionalmente considerado como una afección primariamente
psicosocial, la medicación va destinada a tratar los síntomas co-mórbidos, como
la ansiedad y la depresión, más que el propio TLP.
Para los síntomas de desregulación afectiva se
utilizan los antidepresivos, así
como los estabilizadores del estado de
ánimo (anticonvulsivantes). Si la afección comórbida afectiva consiste
principalmente en ansiedad, se pueden prescribir benzodiacepinas. Para desregulaciones y alteraciones de la conducta
y de la percepción se emplean los neurolépticos.
En algunos casos especialmente severos en los que existe comorbilidad con
trastornos del eje I, en especial depresión grave refractaria a la
farmacoterapia, se puede llegar a emplear la
terapia electroconvulsiva.
TERAPIA
- Intentar mejorar la autoestima del paciente.
- Liberar sus rencores ocultos.
- Orientar positivamente su narcisismo.
- Fomentar la confianza en los demás.
- Ayudar al paciente a confiar en sí mismo y en los demás, a valorarse y
quererse.
- Concretar sus sueños pendientes.
Los TLP denotan una inmadurez emocional ocasionada por carencias afectivas, que los
hacen infelices y también a los demás.
El tratamiento es largo y este proceso se ve
obstaculizado por la natural desconfianza del paciente, y su miedo a dejar de
ser él mismo. El TLP no puede eliminarse completamente, pero sí pueden lograrse
mejoras importantes, que permitan al sujeto vivir de un modo más pleno.
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