Me siento diferente...

Es curioso, desde que me dio esa última crisis de ansiedad tan fuerte me siento distinta, 

me siento bien, e incluso diría, en paz conmigo misma, parezco otra, 

y estoy haciendo cosas que antes me costaban mucho de realizar.

En la última semana he ido a sitios que antes nada mas de pensarlo me echaba a temblar, 

para mi era impensable siquiera sacar un pie de mi casa y ésta vez lo he hecho. 

Conclusión: me siento bien, estoy feliz.

Otra cosa que he hecho ha sido expresarme libremente con personas de mi entorno, 

me ha sentado genial decir lo que pienso, es una liberación. 

Conclusión: es una gozada hablar abiertamente, me siento bien, 

estoy feliz y orgullosa de ello.

También, por ciertas cuestiones, he tenido que ir al centro de salud y hospital, 

he sido capaz de hablar con médicos, psicólogos y demás sin agobiarme, 

sin ponerme tensa ni nerviosa, he sabido explicarme en todo momento y he tenido 

una buena conversación con todos y cada uno de ellos. 

Conclusión: éste es el camino a seguir, ya iba siendo hora, es genial.

Además, estoy llevando a mi sobrino a los partidos de fútbol los fines de semana 

y me estoy relacionando con los padres de los otros niños. 

Al principio reconozco que me costó un poco, pero ahora estoy encantada. 

Son gente sana y hacen que te sientas cómoda con ellos, soy yo la que se ofrece para llevarlo. 

Conclusión: me sienta bien salir un rato de casa y despejarme, 

estar con otras personas y entablar conversaciones. 

Es genial. Estoy mejorando mi ámbito social.

Sigo yendo a los partidos de fútbol de mi ciudad, 

aunque en estos momentos se está pasando por una crisis muy fuerte institucional 

y el equipo está al borde de la desaparición si no se toman medidas.

Pero no pienso fallar, son veinte años los que llevo yendo y gracias a ello 

he podido luchar contra la agorafobia y no quedarme recluida en casa los fines de semana, 

ahora más que nunca nos necesitan. Ojalá se consiga solucionar todo de aquí a junio. 

Conclusión: salgo de casa, afronto aglomeraciones de gente (25.000 personas), 

aguanto ansiedad, y aprendo que no ocurre nada malo ni desastroso, 

al final acabo disfrutando de un buen día. 

Soy capaz. Refuerzo positivo.

  Estoy eliminando cosas de mi vida que no me hacen ningún bien ni me aportan nada.

Por si todo esto fuera poco, una vez pasadas las Navidades, 

comencé a hacer dieta totalmente en serio. Me lo he propuse. 

Y, a día de hoy lo estoy llevando muy bien, mejor de lo que me esperaba y, 

precisamente por esto es, en gran parte, por lo que me siento diferente. 

Ya sabéis que tengo problemas con la alimentación, de mis compulsiones 

y lo que me suele ocurrir cuando no las domino o las consecuencias que me puede acarrear 

intentar controlar la ansiedad, pero por el momento, ésta no ha hecho acto de presencia, 

lo cual me extraña después de tres semanas (casi).

Me siento muy rara sin tener esa ansia tan continua hacia la comida. 

Estoy controlando los nervios y mis manos para evitar así autolesionarme, 

como solía hacer antes por esta causa.

Hay días que estoy más alegre que otros, más activa, pero estoy menos nerviosa, 

menos a la defensiva... como... ¿más normal? No lo sé...

Algo ha cambiado en mi, eso sí lo sé, lo noto. 

Sin embargo no alcanzo a descubrir qué es. 

Lo único que sé es que es para mejor. 

Hasta el momento me está yendo bien en todo o casi todo. 

Y espero continuar así. En línea ascendente. 

Ya sé que los bajones vendrán por sí solos y cuando menos lo espere, 

pero no es algo de lo que quiero preocuparme ahora, ya tendré tiempo para eso.

Es una sensación tan extraña...