sábado, 30 de julio de 2016

Los primeros días...



Los primeros días siempre son un poco inciertos e incómodos. 
Te sientes desubicada, pues no conoces la casa y 
persiste en ti ese miedo, esa duda de si lo harás bien o mal. 
Te sientes observada en cada movimiento y temes meter la pata. 
Hay momentos vacíos, silenciosos donde nadie habla y no sabes qué hacer o decir. 
Y las dudas, el pánico, se acrecientan. 
Es ahí donde has de sacar tu fortaleza y luchar contra tus propios demonios. 
Al principio, actuaba por inercia, por lo que me parecía más lógico, 
pero con el tiempo, he aprendido que es mejor preguntar siempre ante la menor duda; 
cualquier cosa, sea lo que sea, aunque parezca una nimiedad, 
pues es más práctico y suele agradar más. 
Conforme van pasando los días, te ves envuelta en una rutina y,
 te das cuenta, de cuan infundados eran esos miedos que tenías. 
Todo va bien. 
Mejor de lo que esperaba. 
En esta ocasión lo estoy llevando con mayor normalidad y tranquilidad que la anterior.
 Estoy más animada, aunque cansada
quizá el calor tenga algo que ver con ello también...
Pero sigo adelante, afrontando día a día lo que va surgiendo en el camino.
 Intentando aprender un poco más si cabe.
Y disfrutando del momento.
De esos momentos, a veces inesperados, que te va regalando la vida.

 

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